Los abuelos laten al ritmo de la música en la Biblioteca Pública “Ing. Manuel Bonilla”

Mazatlán, Sinaloa, 27 de junio de 2025.-  Se vivió otro capítulo entrañable del programa “Martes del Abuelo” en la Biblioteca Pública Municipal Ing. Manuel Bonilla. Esta vez, la música se convirtió en puente de memorias, emociones y aprendizajes.

Las sillas naranjas se llenaron pronto. Algunos llegaron acompañados, como la señora Norma Loubet, quien no se despega de su hijo Luis, compañero incondicional de estas jornadas. Otros llegaron solos, pero todos trajeron consigo una disposición luminosa. Como cada martes, los libros, las partituras y las palabras tejieron un ambiente en el que la edad no pesa, se transforma en sabiduría compartida.

Se vivió otro capítulo entrañable del programa “Martes del Abuelo” en la Biblioteca Pública Municipal Ing. Manuel Bonilla. Esta vez, la música se convirtió en puente de memorias, emociones y aprendizajes.

El encanto de la buena música

La sesión comenzó con la lectura de un capítulo del libro El Encanto de la Buena Música, enfocado en uno de sus apartados en el genio ruso Igor Stravinsky, uno de los compositores más revolucionarios del siglo XX.

La bibliotecaria Karime Tiznado no solo leyó, interpretó. Despertó la curiosidad del grupo por los cambios sonoros de una época y permitió que las complejidades musicales de Stravinsky se volvieran cercanas, comprensibles y profundamente humanas.

Se vivió otro capítulo entrañable del programa “Martes del Abuelo” en la Biblioteca Pública Municipal Ing. Manuel Bonilla. Esta vez, la música se convirtió en puente de memorias, emociones y aprendizajes.

Las miradas atentas, los rostros concentrados, las sonrisas cómplices entre los asistentes hablaban de algo más que una clase. Había pasión. Había deseo de comprender, de redescubrir. Era la música abriendo ventanas interiores.

Notas en la mano y en el corazón

Luego de la lectura, los participantes recibieron hojas didácticas con figuras rítmicas: redondas, blancas, negras, corcheas… Con visible interés, identificaron cada símbolo, comentaron sus nombres, recordaron viejas melodías y se animaron a aprender de nuevo. La escena era digna de un documental, abuelos que no se detienen, que leen, preguntan, escriben, ríen.

Como colofón, cada uno escribió el nombre de la canción que más les gusta. Ese pequeño gesto —una hoja doblada con una canción escrita a mano— se volvió testimonio de vida, de afectos, de recuerdos que la música guarda como cofres silenciosos.

Conversaciones que tocan el alma

El conversatorio fue quizá el momento más íntimo y poderoso.

El señor Miguel Ángel Torres García, con voz pausada pero firme, compartió cómo estos encuentros le dan sentido a su semana. “Venir aquí me despierta”, dijo. Y no se refería solo al cuerpo, sino al alma.

La señora Conchita Rojas García, conmovida, confesó que la biblioteca se ha vuelto su refugio, su lugar seguro, un sitio donde la soledad se disuelve en compañía y aprendizaje. Dijo: “La biblioteca es como un corazón: late más fuerte cuando llegamos”.

¿Cómo no lanzar a la fama a estos abuelos? ¿Cómo no hacer eco de sus palabras y de su fuerza? En una sociedad que muchas veces margina la vejez, ellos se convierten en un manifiesto vivo de sabiduría, ternura, resiliencia y ganas de seguir aprendiendo.  

El Taller del Abuelo no sería posible sin la visión y el compromiso del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, que ha desarrollado estas actividades pensando en el bienestar integral de los adultos mayores, reconociendo su legado de conocimiento, su memoria activa y su inagotable capacidad de aprender y compartir.

Con este tipo de acciones, CULTURA honra a quienes han construido la historia viva de nuestra ciudad. Porque si alguien merece un espacio en la agenda cultural, son ellos: los abuelos que siguen creando, pensando, soñando.

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