Alberto Aguilar
Los medios de comunicación se han enfrascado en dimes y diretes con el gobierno que encabeza la cuarta transformación del país. “Cortarle el agua” como vulgarmente se dice, a los dineros que se pagan por (aplaudir) publicitar las obras y actividades del gobierno como en antaño se hacía; es el antes y después (parteaguas) entre la administración de Enrique Peña Nieto y la de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que son millones de pesos los que repartían gobiernos pasados a los dueños de medios informativos nacionales y locales. Entre mayor cobertura tuviera el medio informativo, mayor era la suma de dinero o presupuesto que se le entregaba por año.
Por ejemplo de Julio a Noviembre del 2018, Televisa recibió 522 millones 993 mil pesos mientras que TV Azteca, obtuvo 383 millones 261 mil pesos, hablando de los monstruos de la televisión en el país. Para la difusión de los programas federales de la secretaría de Desarrollo Social, en la recta final de la administración de Enrique Peña Nieto.
El Universal, recibió 13 millones 793 mil pesos. Por difundir una campaña de alerta por lluvias la Organización Editorial Mexicana (OEM) recibió 18 millones de pesos. Hoy las cosas han cambiado y el nuevo gobierno ha decidido no pagar para que hablen bonito de sus actividades. La guerra apenas empieza.
Alguien tiene que ceder primero o continuar con la guerra mediática.
¿Son los medios de comunicación los que influyen en la percepción de un gobierno ante la ciudadanía?, en parte sí, o ¿será la misma ciudadanía que enfrenta el día a día con nada que comer en sus hogar para sus hijos, la madre a la que le han desaparecido a su hijo, la colonia que se ha quedado sin agua potable, las casas que se han inundado por falta de una buena obra pública, el padre que difícilmente puede llevar el sustento a su familia, el alza en el costo de los alimentos, el precio de la vida es caro cada vez y son los mismos ciudadanos quienes dentro de pronto tomarán decisiones no influenciados por un medio de comunicación sino por su mismo diario vivir.
