Una auténtica joya musical se vivió anoche en el Museo de la Música, donde el Coro Infantil del Instituto de Cultura de Mazatlán ofreció un recital de fin de curso que fue un verdadero festín para los sentidos. Bajo la apasionada dirección de la maestra Mariela Angulo y el impecable acompañamiento al piano del maestro Raziel Pineda, más de 70 jóvenes artistas, con edades comprendidas entre los cinco y los catorce años, regalaron una velada inolvidable, demostrando la evolución y el talento cultivado durante el ciclo escolar 2024-2025.
El concierto fue un emotivo viaje musical alrededor del mundo, con un exquisito repertorio que incluyó temas representativos de Alemania, Italia, Argentina y, por supuesto, México. La presentación arrancó con la majestuosa pieza alemana «An Hellen Taggen» de Giovanni Gastoldi, un estreno que reveló la armonía de este coro, orgullo del puerto, cuyo nombre ya brilla gracias a sus constantes y destacadas participaciones en óperas, conciertos y recitales.

Las emociones fluyeron durante la interpretación de «Freude,» un fragmento icónico de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, que llenó el escenario con su mensaje universal. El musical «Los Coristas» también tuvo su momento de gloria con las interpretaciones de «Caresee sur I’ocean» y «Vois sur ton chemin.» En la primera pieza, brillaron los solistas Rolando Lizárraga Zamudio y Alfredo Herrejón Guzmán, y en la segunda, las voces de Esmeralda Hernández, Diego Valdéz, Freesia Osuna, Gretta Mariela Hernández Angulo y Andrés Gil-Samaniego Carranza cautivaron al público. La delicadeza de Francia se hizo presente con la canción folclórica «J’entends le moulin.»
La pasión por la música mexicana se manifestó de manera monumental con la entrañable versión de «Cielito Lindo,» cuyas voces infantiles conmovieron a más de uno. El viaje sonoro por México prosiguió con «Jicarita» de Blas Galindo, «Adiós Mariquita Linda» de Marcos Jiménez, «Si esa calle fuese mía» de Roberto Livi, y el tierno «Leoncito Alado,» con arreglos del talentoso músico mazatleco Sergio Castellanos.

Un momento de profunda ternura se vivió con la interpretación de «Que Canten los Niños» de José Luis Perales, donde los diferentes solistas participantes entregaron con emoción el inspirador mensaje de la canción. La energía regresó al escenario con una estupenda interpretación y una vibrante coreografía de «Niño Corazón de Maíz.» El broche de oro para esta memorable velada fue el icónico «Do, Re, Mi,» del musical «La Novicia Rebelde,» que despidió al público con alegría y nostalgia.
Al finalizar el concierto, la maestra Mariela Angulo, directora del Coro Infantil, compartió su inmensa satisfacción: «Este recital ha sido hermoso y ver cómo los niños pueden expresarse a través de la música es muy gratificante. Es una dicha terminar el ciclo escolar a su lado, ver cómo avanzan, cómo superan sus miedos y cómo disfrutan la música. Ellos pasan por tantas cosas en su vida, y la música es un verdadero refugio, un espacio para sentirse en familia. Ha sido encontrar paz y tranquilidad en cada uno de ellos.»
