Alberto Aguirre | OPINIÓN
En Palacio Nacional confirmaron lo que sottovoce comenzó a circular, después del último Informe Presidencial: Andrés Manuel López Beltrán retomará su carrera política, para cuidar el legado de su padre.
Ese retorno, empero, ocurrirá de la peor forma. Y es que Andy buscaría incorporarse al Comité Ejecutivo Nacional sin cumplir los requisitos de elegibilidad. Antes de ser ungido, los congresistas de Morena —citados a una sesión extraordinaria, para el próximo domingo 22— deberán modificar los documentos básicos del partido e integrarlo al Consejo Nacional.
López Beltrán no está entre los 370 consejeros nacionales, requisito indispensable para que pueda ocupar una de las 12 carteras del CEN. Por la extinción de su mandato, Mario Delgado y Citlalli Hernández, quienes actualmente se desempeñan como presidente y secretaria general, deberán entregar la estafeta antes del 31 de octubre.
Descartada la opción de las encuestas, el presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo, propuso a los consejeros nacionales convocar al VII Congreso Nacional Extraordinario, que tendrá carácter electivo… pero también, alistar una dirigencia que enfoque a las siguientes elecciones constitucionales federales, del 2027 y el 2030.
En el gobierno, los morenistas están llamados a cimentar el “segundo piso”. Y para el partido, la siguiente etapa es de “consolidación y fortalecimiento”, lo que requiere “reconocer a aquellas personas que han forjado el camino de esta Cuarta Transformación”, lo que se materializará en la propuesta que formularán Delgado y Hernández para incorporar a un grupo de personalidades al Consejo Nacional en términos del artículo 36, fracción III, del Estatuto.
¿Traducción? Un bloque de gobernadores de la última generación y de funcionarios de la administración saliente ingresará a la cúpula partidista por vía directa. Y también un grupo de “militantes que hayan destacado por su trayectoria y sus aportes en la construcción del partido”, entre ellos López Beltrán.
Las aportaciones de los nuevos consejeros “abonarán a que este instituto político siga fortaleciéndose y consolidándose como la fuerza política más importante del país”, estipulan los considerados de la convocatoria al Congreso Extraordinario, que coincidirá con el décimo aniversario de la fundación del partido izquierdista.
En ese breve lapso ha participado en cuatro elecciones federales y ha ganado dos elecciones presidenciales. Morena actualmente gobierna a 75% de la población mexicana y está obligado —de acuerdo a ese proemio— a “cerrar filas y hacer frente a las fuerzas conservadoras”.
Mantener la unidad porque el objetivo de Morena “no es exclusivamente electoral, sino también, regenerar la vida política del país”. Así, los congresistas acudirán al WTC en la Ciudad de México para avalar una planilla unitaria que encabezará Luisa María Alcalde.
La propuesta de reforma a los documentos básicos quedó bajo la responsabilidad de Rafael Barajas el Fisgón, actual director del Instituto Nacional de Formación Política, quien estaría entre los prospectos para ser compañero de fórmula de la actual secretaria de Gobernación. En la terna también figuran el exdiputado mexiquense Emilio Ulloa Pérez y el exsenador Gabriel García Hernández.
Las modificaciones a los documentos básicos buscan “fortalecer la organización partido y velar por el legado que dejará AMLO”. Andy llegaría al CEN —probablemente como secretario de organización— por un ajuste adicional: la renuncia de los actuales funcionarios partidistas, ya sea porque debieron incorporarse a los aparatos legislativos (como Andrea Chávez, quien dejará la secretaría de comunicación) o porque aceptaron cargos gubernamentales (como Tomás Pliego, quien se estrenará como secretario de Atención Ciudadana en la CDMX, con Clara Brugada).
Publicado por El Economista