HARÁN HOMENAJE A LA MEMORIA DE HERACLIO BERNAL EN SAN IGNACIO.

  • El 28 de junio cumple 166 años de haber nacido en El Chaco.
  • 33 años de vida intensa que trasciende la historia.
  • Iván Ernesto Báez Martínez, instruye se conmemore tan importante fecha en el lugar que le vió nacer.

Redacción.

Fue en el poblado de El Chaco, municipio de San Ignacio, Sinaloa; donde nació Heraclio Faustino Petronilo Bernal Zazueta, conocido como “El Rayo de Sinaloa”; un lejano 28 de junio de 1855.

Por ello, y con motivo de la celebración del 166 aniversario del nacimiento de esta leyenda sinaloense y serrana; el próximo lunes 28, el alcalde de San Ignacio, Iván Ernesto Báez Martínez instruyó la realización de un Festival Cultural conmemorativo en la mismísima tierra que le vio nacer: la comunidad de El Chaco.

Dicho Festival Cultural corre a cargo de las direcciones de Cultura y de Turismo del Ayuntamiento sanignacense.

Un poco de historia:

Considerado como un precursor de la Revolución Mexicana, 25 años antes de que ésta diera inicio; la historia oficialista, en su momento lo consideró un “bandido” sinaloense que asoló las comunidades serranas de Sinaloa con Durango, extendiendo su influencia y escaramuzas guerrilleras hasta ciudades como Mazatlán.

Hijo de padres labradores acomodados: Jesús Bernal y Jacinta Zazueta, aprendió sus primeras letras en la comunidad de El Chaco de la mano del profesor Ángel Bonilla; hasta que a la edad de doce años fue enviado a la ciudad de Durango donde terminó la etapa de primaria para luego pasar al seminario donde estudió hasta los dieciocho años, cuando murieron sus padres y un tío se lo llevó a vivir con él al pueblo minero de Guadalupe de los Reyes, donde le consiguió empleo en la compañía minera.

Ahí, a base de inteligencia, dedicación y honradez logró ser ascendido a un puesto de confianza hasta que por una traición preparada por uno de sus compañeros de trabajo, quien también le quitó la novia, fue acusado injustamente del robo de unas barras de plata y enviado a la cárcel a Mazatlán con una sentencia de diez años.

En la cárcel conoció a un socialista español que le facilitó la lectura de textos de MarxBakuninLassalleSaint-Simon, Owen y Proudhon, además de libros de sociólogos católicos alemanes. De esas lecturas, Bernal hizo una amalgama de ideas que lo llevó a la conclusión de que «todas las riquezas eran producto del robo y los ricos unos ladrones, que tenían en la miseria a los trabajadores, legítimos dueños de las riquezas que con su sudor se producían».

En el portal de Wikipedia, se redactó la siguiente semblanza histórico-biográfica:

“Escapó como pudo de la cárcel y se dirigió a Guadalupe de los Reyes donde cobró venganza del traidor y luego reunió a un grupo de ex-compañeros de prisión y empezó a realizar sus primeros asaltos a diligencias de hacendados.

Tiempo después se dirigió al pueblo de Arroyo Seco donde escuchó que el gerente de la compañía minera trataba bien a los trabajadores y aplicaba las ideas que había aprendido en la cárcel. Ahí conoció al Sr. Lorenzo Salazar y al Fraile Bernardo que eran quienes aplicaban tales ideas en el pueblo y con los que entabló una gran amistad.

Después de un tiempo de dedicarse a asaltar diligencias y haciendas para repartir lo robado entre la población necesitada y poner en evidencia a los hacendados porfiristas, Bernal decidió dedicarse a la agricultura y con parte del dinero robado, compró el rancho «El Magüey» luego de conseguir un salvoconducto del Gobernador de Durango. Pero al tiempo al ser hostigado por miembros de la «acordada» e intentar matarlo en su rancho decidió aceptar la invitación que le hiciera con insistencia el general Jesús Ramírez Terrones para iniciar una revolución contra el gobierno porfirista, se fue de nuevo a las armas dando inicio a una serie de asaltos a poblaciones mineras entre las que figuraron San Andrés de la Sierra, Topia, Cantarranas, Tamazula, Gavilanes, El Pilar, Basis, Sapioris, Tayoltita, Guarizamei, La Candelaria, Ventanas, El Oro y Pueblo Nuevo e infligiendo duros reveses a los ejércitos del dictador.

Al lado del general Ramírez tomó por asalto el mineral de El Rosario y el puerto de Mazatlán destacándose por su astucia y estrategia militar. El general Díaz envió al coronel Bernardo Reyes a recuperar Mazatlán quién desalojó a los revolucionarios persiguiéndolos hasta Nayarit donde dio muerte al general Ramírez terrones dando fin a la intentona de revolución. Bernal se salvó de morir porque en la huida de Mazatlán tomó otro rumbo evitando la persecución de las fuerzas gubernamentales.

A partir de entonces Bernal reinició sus andanzas de salteador de diligencias, cuando en una ocasión asaltó una que viajaba de Mazatlán a Culiacán en la que encontró una valiente resistencia de un hombre alto y rubio que, apoyado por su esposa que le recargaba las pistolas, resistió el ataque de los bandidos hasta que se le acabó la munición y resultando heridos.

Al terminar la refriega los compañeros de Bernal se acercaron a la diligencia con la intención de rematar al matrimonio, pero Bernal les ordenó que los dejaran en paz –«A un caballero tan valiente se le respeta, no se le mata», les dijo-, ordenándoles que les curaran las heridas y los escoltaran hasta las afueras de Culiacán para evitar fueran asaltados de nuevo. El caballero que Bernal enfrentó era nada menos que el alamense Benjamín Hill Salido, padre del famoso general sonorense del mismo nombre, que tuviera destacada presencia en la revolución que se avecinaba.

Los hacendados de la región, cansados de los asaltos de Bernal, se organizaron para ofrecer $10 000 de recompensa por la vida del revolucionario y, como estrategia para hacerlo detener, acusaron falsamente a su tío de un delito, ofreciendo ponerlo en libertad a cambio de la entrega de Bernal, pero mientras este decidía que hacer, el Tío fue fusilado impunemente.

Esto incrementó más el odio de Bernal hacia los ricos y el gobierno, que lo llevó a reiniciar la revolución en compañía del general García de la Cadena, quién intentaba ser Presidente de la República enarbolando la bandera de la «no reelección» e invitó a Bernal a secundarlo a cambio de ofrecerle la gubernatura de Sinaloa. García de la Cadena inició su movimiento en Zacatecas y Bernal en Topia, Durango desde donde publicó una proclama llamada el Plan de la Rastra, donde sostiene el restablecimiento de la Constitución de 1857, desconociendo al gobierno de Díaz y declarando jefe de la nueva revolución al general García de la Cadena. Al grito de ¡Viva Bernal! Se inició la toma de San Andrés de la Sierra.

Para entonces el general Díaz había oído muchas historias acerca de este singular personaje por lo que ordenó una campaña en su contra, indicando que se lo trajera vivo ante su presencia. Cuando Bernal ya controlaba toda la parte oriental del estado de Sinaloa, todo Tepic, el occidente de Durango, y la parte sur de Chihuahua. A su vez, el general Díaz ordenó la persecución de García de la Cadena quién fue aprehendido en Zacatecas, y muerto sin mayor consideración por el coronel Atenógenes Llamas, argumentando que había tratado de escapar.

Ante esta situación, Bernal comunicó a sus seguidores y a los del general García de la Cadena que él continuaría al frente de la revolución lanzando su Plan de Conitaca en 1887, bajo el lema de «Justicia y Libertad», en el que figuraba en primer término el desconocimiento de Díaz como presidente, la promesa de redimir al pueblo trabajador de la condición de esclavo en que se hallaba hasta entonces, instruyéndolo, mejorando sus salarios y moralizándolo, se pedía además la supresión de las Jefaturas Políticas, por estar servidas por bandidos, se condenaba la campaña de despojo emprendida por el gobierno contra la comunidad mestiza Yaqui, a la que le prometía devolverle sus tierras, se protestaba contra la ley de Baldíos expedida recientemente y se hacían otras promesas, entre ellas la de «no reelección».

Díaz comisionó al general García para llevar a cabo la campaña contra Bernal, iniciándose esta en el sur de Sinaloa y resultando bastante azarosa ya que Bernal, que conocía el terreno como la palma de su mano, trajo a las tropas de García de arriba hacia abajo persiguiéndolo sin poder darle alcance por más de un año. Las tropas de García, ante fracaso tras fracaso, optaron por desquitarse con la población inocente los reveses recibidos de parte del revolucionario, cometiendo barbaridades por los pueblos donde pasaban. Ante esta situación, Bernal decidió detener su lucha, comunicándole al general García en una carta, su decisión de licenciar sus tropas y suspender los asaltos a las empresas mineras, a cambio de que el general suspendiera sus atropellos contra la población inocente. Envió copia de esta misiva al presidente Díaz y a los gobernadores de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.

Una vez licenciadas las tropas, Bernal decidió refugiarse un tiempo para luego trasladarse a vivir a Estados Unidos un tiempo, para después regresar a México, una vez que hubiese terminado su persecución, para lo que se dirigió en compañía del hombre de más confianza y su esposa a un lugar llamado Cerro Hueco donde tenía enterradas unas barras de plata que pensaba utilizar en su exilio, pero en el trayecto los sorprendió una nevada y Bernal enfermó de una severa neumonía, por lo que decidió pasar un tiempo en la cueva, durante su convalecencia.

El jefe de la acordada de Durango, Octavio Meras, no desistía en su intención de acabar con Bernal, por lo que averiguó datos a través de la amante de Crispín García, su compadre y amigo de mayor confianza, quien en una borrachera inducida por dicha amante puso al descubierto dónde era el escondite de Bernal.

Meras inició inmediatamente la búsqueda del lugar, dando con él, el día 5 de enero de 1888 y después de una refriega contra Bernal enfermo, en la que el militar perdió a veintidós de sus hombres, dio muerte a Bernal sin piedad alguna.”

Esa es la reseña histórica del Rayo de Sinaloa; quien en sus 33 años de vida intensa logró transformarse en una Leyenda que perdura hasta nuestros días.

Ha sido objeto de películas, corridos y biografías.

Su nombre y vida está presente en varios libros, entre ellos los de historia de Sinaloa que se distribuyen en las escuelas primarias de Sinaloa.

Por ello, y en honor a su memoria y a ser considerado uno de los hijos distinguidos de el municipio de San Ignacio, la administración del presidente municipal Iván Ernesto Báez Martínez invita a los sinaloenses a ser participes del Festival Cultural el próximo lunes 28 a partir de las 19:00 horas en El Chaco, donde, además podrá degustar de exquisiteces gastronómicas de la región.

¡¡¡Por allá nos vemos!!!.

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