Rinden homenaje con altar a Arcelia de la Torre Barrón.

  • El PAS dedica altar de Muertos a la Dra. Arcelia de la Torre Barrón; escritora y literata que dejó un gran aporte a las mujeres PASistas.

El Altar de Muertos es parte de la tradición en el Partido Sinaloense, por ello el presidente, Dr. Víctor Antonio Corrales, el líder político, Mtro. Héctor Melesio Cuén Ojeda y la Secretaria General, MC. Angélica Díaz de Cuén inauguraron esta ofrenda dedicado a la escritora Dra. Arcelia de la Torre Barrón, gran impulsora de la capacitación de Mujeres en el PAS.

Tras la bendición del Monseñor, Luis Manuel Salazar, Cuén Ojeda expresó que en el Partido Sinaloense se hace honor a quien honor merece preservando siempre nuestra cultura mexicana.

«Queremos a través de nuestras culturas hacer un homenaje y honrar a quienes honor merecen, en el PAS queremos resaltar su aporte que tuvo a bien para  a este partido local, quien fue una gran impulsora de la capacitación a las mujeres».

Añadió que a pesar de que se trata de la muerte, es una fiesta en la que conviven los vivos y los muertos.

Por su parte la Secretaria General, Angélica Díaz de Cuén dio a conocer una breve semblanza de quien en vida fue la Dra. Arcelia de la Torre Barrón.

Doctora Arcelia de la Torre Barrón, una gran mujer, valiosa y singular, culta, fuerte, luchona, solidaria torreonense y viajera del mundo.

Arcelia de la Torre Barrón, con nombre y apellido completo, tal como le gustaba; enaltecer su apellido materno.

Una de las primeras impulsoras en la conformación de lo que hoy es el Partido Sinaloense, a través del múltiple trabajo en la capacitación, con conferencias y asesorías.

Dedicó su vida al saber, mismo que compartió de manera generosa.

Maestra de Tiempo Completo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa;  cursó la Licenciatura y Maestría en la Universidad de la Amistad Patricio Lumumba en Moscú.

Cursó la Maestría en Lingüística Hispánica, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Doctorado en Letras Alemanas, en Berlín. Además, estudió otras maestrías y diplomados en nuestro país.

Con mucha frecuencia asesoraba  proyectos de quien se lo pedía, en especial los literarios, de hecho dejó inconclusas varias obras, entre ellas la historia de Angélica Díaz de Cuén en el PAS.

Interesada siempre en temas de gran relevancia en problemáticas de la sociedad sinaloense, dejó avances de un libro de investigación de narcocorridos. Su compañía era siempre un gran gozo,  pues siempre generaba conocimiento. Compartir con ella una taza de té o de chocolate, siempre resultaban más placenteras y las largas horas de charlas, eran insuficientes.

Fue también defensora de género, ávida lectora y orgullosa de sus raíces. Por ese amor a su tierra, regresó a vivir a Torreón, a compensarle lo mucho que le dio.

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